¿Cómo saber si tiene COVID-19, VRS o gripe?
Based on Science
Sin una prueba diagnóstica, puede ser difícil saber qué virus es el causante de una enfermedad respiratoria, especialmente si los tres están circulando en la comunidad a la misma vez.
Last update October, 30 2024
El COVID-19, el VRS y la gripe estacional tienen algunos síntomas en común.
El COVID-19, el VRS, y la gripe estacional son infecciones respiratorias causadas por diferentes virus. El COVID-19 es causado por el coronavirus SARS-CoV-2. El VRS es la abreviatura de virus respiratorio sincicial, un tipo de neumovirus. Los virus de la influenza causan la gripe.
La fiebre, la tos y el goteo nasal son síntomas comunes de las tres enfermedades, aunque no todas las personas tienen fiebre. Algunos síntomas son más comunes con algunos de los virus. Por ejemplo, el cansancio y el dolor son más probables con el COVID-19 y la gripe. El VRS y el COVID-19 pueden provocar falta de aliento o dificultades para respirar, particularmente en casos más graves. En bebés menores de 6 meses con infección del VRS se pueden observar otros síntomas, como la disminución del apetito, el cansancio y la irritabilidad.
Como estas enfermedades y otras (inclusive los resfríos comunes causados por otros virus) tienen muchos síntomas en común, los proveedores de atención médica con frecuencia hacen un diagnóstico basado en sus conocimientos sobre cual virus es más común en una comunidad en el momento en que el paciente está enfermo. Cuando los tres virus están provocando enfermedades en una comunidad a la misma vez, se puede usar una prueba diagnóstica para identificar cuál es el virus que la causa. Esto se hace, típicamente, con una prueba de fluidos corporales recogidos con una muestra nasal o bucal. Si fuera necesario para mejorar la atención, hay pruebas diagnósticas disponibles en los centros de atención médica para los tres virus. Recientemente, están disponibles pruebas de diagnóstico caseras para la gripe y el COVID-19.
Es más probable que estos tres virus provoquen enfermedades graves en las personas muy jóvenes y en adultos mayores.
En la mayoría de los casos, el COVID-19, el VRS y la gripe estacional provocan enfermedades leves, similares a un resfrío, que se resuelven en 2 semanas. Sin embargo, pueden requerir la hospitalización e incluso provocar la muerte, particularmente en los grupos de riesgo alto.
Los niños menores de 5 años de edad son vulnerables a estas tres enfermedades. Los niños prematuros o con afecciones crónicas son más vulnerables que los niños de este grupo etario sanos, pero todos los niños pequeños tienen un riesgo mayor debido al tamaño de los pulmones y las vías respiratorias. El tamaño pequeño de los niños es importante porque la inflamación de las vías respiratorias provocada por las enfermedades respiratorias puede causar problemas respiratorios más fácilmente y llevar a complicaciones más graves, como la neumonía. En las temporadas de gripe de 2016 a 2020, entre 16,000 y 27,000 niños menores de 5 años estuvieron hospitalizados y entre 100 y 330 fallecieron de gripe cada año en EE. UU. Los estudios en EE. UU. que observaron a niños menores de 18 años hospitalizados por COVID-19 descubrieron que los bebés (niños menores de 1 año) representaban más del 20 % de estos casos. El nacimiento prematuro está asociado con la hospitalización por COVID-19 en bebés. Y el VRS es una de las causas principales de hospitalización en niños pequeños. Antes de la pandemia del COVID-19, más de 57,000 niños menores de 5 años estuvieron hospitalizados cada año por complicaciones en las infecciones de VRS en Estados Unidos. En 2019, más de 3.6 millones de niños pequeños estuvieron hospitalizados por VRS en todo el mundo. Las infecciones de VRS son la causa más común de bronquiolitis, que es la inflamación de las pequeñas vías respiratorias en los pulmones y de neumonía en bebés.
Las personas mayores de 65 años de edad también tienen un riesgo mayor de tener una enfermedad grave a causa del COVID-19 y de la gripe estacional. Los adultos mayores tienen más probabilidades de necesitar hospitalización o de fallecer a causa de cualquiera de las dos enfermedades, especialmente si no están vacunados. Los adultos mayores de 65 años constituyen menos del 17 % de la población de EE. UU., pero representan más del 40 % de las hospitalizaciones por COVID-19 desde el inicio de la pandemia y más del 75 % de los fallecimientos por COVID-19. En las temporadas de gripe de 2016 a 2020, entre el 44 % y el 67 % de las hospitalizaciones y entre el 63 % y el 86 % de los fallecimientos en EE. UU. fueron de adultos mayores.
Como ocurre con el COVID-19 y la gripe, las personas se pueden infectar con VRS más de una vez. Como ocurre con los otros dos virus, el VRS presenta un riesgo para los adultos mayores de 65 años de edad y las personas con sistemas inmunitarios comprometidos o aquellos con enfermedades cardíacas o pulmonares crónicas. Aproximadamente 14,000 adultos mayores de 65 años de edad fallecen cada año a causa de VRS en Estados Unidos. Probablemente, no se ha reconocido por completo el verdadero riesgo de VRS en los adultos mayores. Hay menos información sobre el riesgo de VRS en las poblaciones adultas que en los niños, porque no ha sido habitual realizar pruebas para confirmar el virus en los adultos. A medida que se hagan más pruebas para confirmar que la infección respiratoria es causada por VRS, más claro será el riesgo que implica el virus para los adultos.
Hay vacunas y medicamentos para el COVID-19 y la gripe estacional. Recientemente se aprobaron vacunas contra el VSR para algunas poblaciones.
Las vacunas que protegen contra el COVID-19 y la gripe estacional están disponibles para todas las personas mayores de 6 meses. También hay fármacos antivirales disponibles para tratar el COVID-19 y la gripe.
Se han desarrollado varias vacunas contra el VSR y dos fueron aprobadas por la Administración de Medicamentos y Alimentos de EE. UU. (FDA) para su uso en algunas poblaciones adultas en 2023. Ambas vacunas se pueden usar en adultos de 60 años o más. Una de las vacunas también está aprobada para su uso en mujeres de 32 a 36 semanas de embarazo para transmitir protección inmunitaria a sus bebés.
Los tratamientos con anticuerpos monoclonales para el VRS proporcionan anticuerpos contra el virus, que pueden prevenir enfermedades graves en caso de que se produzca una infección por VRS. Uno de esos medicamentos fue aprobado para su uso en las poblaciones más vulnerables, como los bebés prematuros. En 2023, la FDA aprobó otro fármaco de anticuerpos monoclonales para su uso en todos los bebés menores de 8 meses.
Actualmente no hay ningún medicamento que trate específicamente las infecciones de VRS. Los niños hospitalizados por VRS pueden recibir oxígeno adicional y líquidos por vía intravenosa para garantizar que reciban suficiente oxígeno y que estén hidratados mientras combaten la infección. En los casos más graves, un niño puede necesitar la asistencia de un respirador. La mayoría de las estadías en los hospitales solo duran unos pocos días. Sin embargo, en lugares donde el acceso a la atención médica es limitado, el VRS puede ser mortal. Los científicos estiman que, en el mundo, el VRS provocó más de 100,000 fallecimientos en 2019 en niños menores de 5 años. Dos tercios de esos fallecimientos fueron de niños menores de 1 año de edad, y el 97 % de los fallecimientos ocurrió en países de bajos y medianos ingresos, donde la atención médica adecuada es menos accesible o no existe.
Hay maneras de protegerse de estas enfermedades respiratorias.
Los virus del VRS, el SARS-CoV-2 y la gripe se propagan principalmente por gotículas y aerosoles respiratorios que pueden ser liberados cuando una persona infectada tose, estornuda, habla, canta o respira. También puede contagiarse el VRS a través del contacto con una superficie que tenga el virus o por estar en contacto con fluidos corporales infectados (por ejemplo, de limpiarle los mocos a un niño) y después tocarse los ojos, la nariz o la boca.
Por lo tanto, puede reducir el riesgo de infecciones respiratorias lavándose las manos con frecuencia, tapando la tos y los estornudos, limpiando los objetos que toca con frecuencia y minimizando los tiempos en las multitudes y espacios interiores poco ventilados, si fuera posible. Además, dese la vacuna contra la gripe anual, vacúnese contra el COVID-19 hable con su médico sobre la vacuna RSV si usted es elegible y manténgase al día con las demás vacunas. Si se enferma, quédese en casa y evite contagiar el virus a otras personas.