Un nuevo informe presenta un plan integral para alcanzar los objetivos de cero carbono neto en Estados Unidos y garantizar una transición energética justa y equitativa
News Release
By Josh Blatt and Hannah Fuller
Last update October, 17 2023
WASHINGTON — Un nuevo informe de las Academias Nacionales de Ciencias, Ingeniería y Medicina ofrece una serie amplia de recomendaciones de un plan integral para encaminar a Estados Unidos hacia la consecución de sus objetivos de cero emisiones netas de carbono para 2050 y garantizar que todos los estadounidenses puedan beneficiarse de una transición energética justa y equitativa.
Este es el segundo de dos informes que analizan la transición del país hacia un sistema energético descarbonizado, y se centra en las brechas y obstáculos que dificultan la aplicación de políticas de cero carbono neto y hace hincapié en la necesidad de un contrato social sólido durante la transición, que durará varias décadas. El primer informe aportó un plan técnico y de política federal para los próximos 10 años, y sus recomendaciones ayudaron a moldear las políticas climáticas incluidas en la Ley de Inversión en Infraestructura y Empleo de 2021, la Ley de CHIPS y Ciencia de 2022 y la Ley de Reducción de la Inflación de 2022.
“Las políticas energéticas y climáticas recientes son revolucionarias y sin precedentes tanto en escala como en alcance, y sitúan a Estados Unidos en el camino hacia cero emisiones netas hacia mediados de este siglo. También están diseñadas para realizar una transición energética justa y equitativa, mejorar la salud humana y revitalizar la industria manufacturera estadounidense”, declaró Stephen Pacala, profesor Frederick D. Petrie de Ecología y Biología Evolutiva de la Universidad de Princeton y presidente del comité que redactó el informe. “Con tanto en juego, el desafío principal ahora es la aplicación eficaz de estas políticas. Este informe aborda cómo el país puede superar mejor los obstáculos que retrasarán o impedirán una transición energética justa, y también suple algunas brechas en la cartera de políticas existentes”.
“A medida que entendamos la urgencia e impactos desiguales de la crisis climática, la equidad debe ser central tanto en la investigación como de las nuevas políticas”, afirmó Marcia McNutt, presidenta de la Academia Nacional de Ciencias. “Este informe histórico, que forma parte de un esfuerzo de todas las academias llamado Encrucijada Climática (Climate Crossroads), es un excelente ejemplo de cómo los científicos y las instituciones científicas como las Academias Nacionales pueden ayudar a moldear cambios en las políticas. Este informe resume nuestra promesa de asesorar a los líderes que buscan soluciones climáticas y de equidad basadas en la evidencia”.
El nuevo informe cubre un amplio conjunto de objetivos sociales y sectores tecnológicos e incluye más de 80 recomendaciones dirigidas al involucramiento de los sectores público y privado. Las tecnologías energéticas de menor costo, el apoyo legislativo y el enfoque nacional en la equidad y la justicia, declara el informe, han creado una oportunidad para que Estados Unidos aborde necesidades urgentes creadas por la crisis climática. Estos avances, sumados a las normativas y decretos federales, las políticas estatales y locales y las actividades del sector privado, sitúan a Estados Unidos en una posición de liderazgo en la lucha mundial contra el cambio climático.
El informe aborda la justicia y la equidad energéticas, la salud pública, el empleo, la participación pública, la electricidad limpia, el entorno construido, el uso del suelo, el transporte, la descarbonización industrial, el sector financiero, el futuro de los combustibles fósiles y las funciones de los gobiernos estatales y locales. En todas estas áreas surgieron varios temas clave:
Ampliar la cartera de políticas climáticas
La reciente legislación climática federal se ha centrado exclusivamente en subvenciones e incentivos fiscales, pero según el informe una transición de 30 años requerirá un apoyo más duradero a través de un amplio contrato social y una expansión de la cartera de políticas que incluya también impuestos y normativas, El Congreso debe crear un presupuesto nacional de emisiones de gases de efecto invernadero; un impuesto al carbono para toda la economía con disposiciones que protejan a las personas con bajos ingresos; y normas sobre generación de electricidad limpia y vehículos de cero emisiones.
Garantizar la equidad, justicia y salud
La contaminación atmosférica creada por la combustión de combustibles fósiles afecta mayormente a las comunidades de color y a los hogares de bajos ingresos causando hasta 350,000 muertes al año en Estados Unidos. El informe sugiere que en las decisiones tecnológicas y de construcción de nuevas infraestructuras se evalúen los impactos en la salud, y que se tomen medidas para mitigar daños a los trabajadores y las comunidades derivados de la pérdida de empleos dependientes de los combustibles. El Congreso debería codificar un objetivo cuantitativo riguroso, como por ejemplo el que es parte de la iniciativa Justicia40 de la Casa Blanca, de proporcionar estándares claro mediante los cuales el gobierno federal mida los avances en materia de imparcialidad, equidad y justicia durante la transición energética.
Fortalecer el sistema eléctrico estadounidense
El informe declara la mayor amenaza tecnológica para el éxito de la transición energética sea el que el país no consiga donde ubicar, así como modernizar y construir la red eléctrica. Sin una mayor capacidad de transmisión, el despliegue de las energías renovables se retrasaría con el resultado neto de un aumento, al menos temporal, de las emisiones de combustibles fósiles, lo que impediría al país alcanzar sus objetivos de reducción de emisiones. La red eléctrica interestatal de alto voltaje debe ampliarse mediante reformas de los permisos; la modernización de los sistemas locales de distribución de electricidad y los mercados eléctricos; y una más sólida adopción de la eficiencia energética. El Departamento de Energía de Estados Unidos y la Comisión Federal Reguladora de Energía deben tomar medidas para reforzar la red energética, incluso la distribución de las asignaciones según la Ley de Reducción de la Inflación para financiar la asistencia técnica y la participación comunitaria.
Respaldar estudios e informes rigurosos y transparentes
Los programas sobre clima y energía se extienden a todo el gobierno federal, con la implementación de muchas actividades dirigidas por los gobiernos estatales y locales. Sin embargo, la escala de la transición es complicada, vasta, acelerada y sin precedentes. El informe recomienda al Congreso que designe una entidad permanente para supervisar y ejecutar análisis de datos transparentes, monitoreo e informes públicos sobre el progreso del país hacia su objetivo de cero emisiones netas de carbono. Esta evaluación permitirá una gestión adaptativa de estos programas para garantizar que las inversiones den como resultado una descarbonización eficaz y equitativa.
Garantizar la equidad procesal en la planificación de infraestructuras
Alcanzar consensos y el apoyo del público requiere procesos de colaboración gestionados por especialistas, con la participación activa de grupos diversos de las comunidades locales. Las agencias federales deben establecer redes regionales de planificación que convoquen a las partes interesadas y desarrollen estrategias de descarbonización “localizadas” que ayuden a garantizar que el público participe de manera significativa cuando se consideren nuevas infraestructuras. El informe también recomienda abordar los obstáculos que impiden a las comunidades locales beneficiarse de las instalaciones de energías renovables; desarrollar planes regionales de energías renovables; apoyar el desarrollo de capacidades subnacionales; y atender las prioridades de las comunidades desfavorecidas y otras comunidades afectadas, entre otras acciones.
Reformar los mercados financieros
Históricamente, no todas las comunidades han tenido acceso igual al capital para proyectos sobre energía y clima, creando una desigualdad que, según el informe, la transición energética debe abordar mediante programas específicos. Exigir que las compañías divulguen mejores y más estandarizados datos e información tales como sus emisiones totales, intensidad de carbono de sus productos, su exposición al impacto del cambio climático, o el aumento de los incendios forestales, permitiría a los inversores y reguladores comprender plenamente los riesgos y oportunidades relacionados con el cambio climático. Además, los reguladores financieros deben mejorar el control y la supervisión de los riesgos climáticos mediante análisis de escenarios y pruebas de estrés.
Crear el personal y la capacidad necesarios
Estados Unidos carece de trabajadores capacitados para aplicar la política climática y energética actual y cumplir con los objetivos de imparcialidad, equidad, justicia y participación pública del gobierno federal. Según el informe, se necesitan programas y capacitación que subsanen la grave escasez de capacidad, y dichos programas también podrían ofrecer una nueva capacitación para los trabajadores actualmente empleados en las industrias de combustibles fósiles. El Departamento de Educación de Estados Unidos debería brindar apoyo a las escuelas para elaborar un plan de estudios cero carbono neto desde el kínder al 12.º grado y preparar a los estudiantes para carreras en una economía cero carbono neto. El Congreso debe ampliar el seguro de desempleo para los despidos relacionados con los combustibles fósiles y desarrollar un programa de asistencia para el ajuste de personal. También debe centrarse en la formación de personal en materia de tecnología y ciencias sociales que se necesitan para aplicar soluciones de descarbonización.
Actualizar objetivos para los sectores industrial y de la construcción
Según el informe, los objetivos de la política federal para sectores, tales como la industria y la construcción, no son actualmente muy estrictos. El Congreso debe tomar medidas para acelerar la descarbonización del sector industrial, lo que también podría servir para reactivarlo. También debe continuar con los reembolsos, los créditos fiscales y el desarrollo de capacidades en materia de descarbonización para incentivar la eficiencia energética y las mejoras en la electrificación de ambos sectores.
Atender las necesidades de investigación, desarrollo y demostración
El alcance de la transición energética requiere una cartera de investigación más extensa que la del Departamento de Energía; por ejemplo el desarrollo de prácticas de uso del suelo que almacenen carbono al tiempo que mejoran la productividad agrícola, o la investigación sobre formas alternativas de producir proteínas con perfiles de emisiones más bajos. Las brechas en investigación y desarrollo requerirán identificar cuales tecnologías implementar y cómo, junto con la coordinación interinstitucional más allá del DOE. Además, se necesitan mayores inversiones en ciencias sociales relacionadas con la energía y desafíos técnicos a mediano y largo plazo, como por ejemplo el desarrollo de nuevos métodos para fabricar productos con bajas emisiones de carbono.
Gestionar el futuro del sector de los combustibles fósiles
La mayoría de las estimaciones indican que los combustibles fósiles, en particular el petróleo y el gas, seguirán cubriendo las necesidades energéticas de Estados Unidos durante la próxima década, pero persiste una gran incertidumbre sobre su papel más allá de ese momento. Según el informe, las consecuencias de la reducción de la demanda de combustibles fósiles deberían gestionarse mediante el funcionamiento seguro de las redes municipales de distribución de gas a pesar de una base cada vez menor de contribuyentes, reformas a los impuestos sobre la gasolina y los productos derivados del petróleo, y la planificación de la transición y la asistencia a comunidades que dependen de la industria de combustibles fósiles. Los estados deben exigir a las empresas de servicios públicos y a los proveedores de servicios que planifiquen la transición y considerar moratorias a la extensión de las líneas de gas a zonas previamente desatendidas. El Congreso y las asambleas legislativas estatales deben garantizar que los propietarios de las plantas financien el desmantelamiento y la limpieza de las instalaciones cerradas.
La transición energética constituirá un esfuerzo nacional, en el que participarán todos los estadounidenses y las empresas y organizaciones de todos los sectores de la economía, junto con un enfoque adaptativo de todo el gobierno. El informe contiene una amplia gama de otras recomendaciones que ayudarán a garantizar que los Estados Unidos se mantenga en el camino hacia el cero carbono neto y, con ello, se beneficie de un aire más limpio, un menor impacto del cambio climático, unos servicios de energía equitativos y asequibles y mejores oportunidades de empleo.
El estudio, realizado por el Comité para la Aceleración de la Descarbonización en Estados Unidos: dimensiones tecnológicas, políticas y sociales, fue patrocinado por Alfred P. Sloan Foundation, Heising-Simons Foundation, Quadrivium Foundation, Breakthrough Energy, ClearPath Foundation, Energy Foundation e Incite Labs, con el apoyo de Thomas Lincoln Casey Fund, Arthur L. Day Fund y Andrew W. Mellon Foundation Fund de la Academia Nacional de Ciencias.
Las Academias Nacionales de Ciencias, Ingeniería y Medicina son instituciones privadas sin fines de lucro que ofrecen análisis y asesoramiento independientes y objetivos al país para resolver problemas complejos y fundamentar las decisiones de política pública relacionadas con la ciencia, la ingeniería y la medicina. Funcionan al amparo de un estatuto otorgado en 1863 por el Congreso a la Academia Nacional de Ciencias, firmado por el presidente Lincoln.
Contactos:
Josh Blatt, responsable de relaciones mediáticas
Hannah Fuller, responsable de relaciones mediáticas
Oficina de Noticias e Información Pública
202-334-2138; correo electrónico: news@nas.edu
This press release is also available in English.
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